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DIOCESIS DE SAN ANDRES TUXTLA. VER

 

Por: Pbro. Teódulo Morales

 

Con gran participación, con gran emoción y entre alegrías y nostagias, se llevó a cabo, el día de ayer el tradicional día del católico.

 

Fueron por lo menos tres motivos grandes para agradecer a Dios, en este domingo, llamado día del católico.

 

1. El día del católico

2. Las ordenaciones de los hermanos diaconos

3. Y la despedida de Don José Trinidad Zapata Ortíz.

 

En punto de las 11 de la mañana dio inicio la Santa Eucaristía, con la participacion de un gran número de fieles y la mayoría de los sacerdotes de la Diócesis.

 

En la homilía el Señor obispo aprovechó para despedirse de todos los fieles laicos que formamos parte de esta Diócesis, así como de todos los sacerdotes.

 

A continuación, le presentamos la homilía completa:

 

HOMILÍA DEL DÍA DEL CATÓLICO

11 de mayo de 2014

 

 

Queridos hermanos y hermanas, en este domingo tenemos varios motivos de celebración. Entre nosotros es el día del católico, es decir fiesta de la unidad diocesana, así como encuentro juvenil por la Jornada Mundial de oración por las vocaciones y en este ambiente vocacional, la Iglesia diocesana se alegra por la ordenación de cuatro nuevos diáconos, es decir de cuatro nuevos servidores del evangelio. También en este día damos gracias a Dios por la canonización de san Juan XIII y san Juan Pablo II.

 

Y, por si fuera poco, aunque todavía tendré encuentros locales, es mi despedida general diocesana. Para mí es muy significativo decirles ‘gracias y hasta luego’ en el lugar donde comencé mi servicio episcopal hace casi diez años.

 

Pero sobre todo, hoy es el domingo del Buen Pastor. Por esto, en este día siempre se lee un pasaje del capítulo 10 del evangelio de san Juan en el que Cristo dice que él es el Buen Pastor. En este evangelio de hoy no sólo dice que es el Buen Pastor, sino también que es la puerta del redil de las ovejas. Bueno, ya sabemos que Cristo lo es todo, el principio y el fin, el Alfa y la Omega (cfr. Ap 1, 8; 21, 6; 22, 1), el camino, la verdad y la vida (cfr. Jn 14, 6), el pan bajado del cielo (cfr. Jn 6, 51), el Hijo de Dios (cfr. Lc 1, 35), el salvador del mundo (cfr. Jn 4, 42) y muchas cosas más. ¡Cristo lo es todo para nosotros!

 

En este evangelio, la puerta tiene dos sentidos, por un lado, simboliza en referencia a Cristo y sus opositores judíos, la verdad o el modo de probar la autenticidad del Pastor, que entra por la puerta. Por esto, el que no entra por la puerta es un ladrón y bandido; en cambio Cristo entra por la puerta, es decir por la verdad, lo cual prueba que es el Buen Pastor y por eso le abre el que cuida la puerta. Ciertamente el evangelio no explica quién es el que cuida la puerta, quién es el que le abre a Cristo la puerta, pero podríamos decir que es Dios el guardián último y definitivo que en el Antiguo Testamento dice que él es el pastor de su pueblo (cfr. Jr 34, 11ss) y que en la plenitud de los tiempos (cfr. Ga 4, 4) le abre la puerta del mundo cuando es concebido por obra del Espíritu Santo en el vientre de la Santísima Virgen María (cfr. Lc 1, 26-38) para que venga a comunicar la verdad que ha oído de Dios (cfr. Jn 8, 26 y 15, 15).

 

Por otro lado, la puerta simboliza también al mismo Cristo en relación a los falsos pastores: “Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que yo, son ladrones y bandidos… Quién entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos”. Esto nos evoca el momento cuando Cristo estaba muerto en la cruz y un soldado, con su lanza, le atravesó el corazón y salió sangre y agua. Del costado de Cristo salieron los sacramentos de la iniciación cristiana de la Iglesia y el costado de Cristo es la puerta de la salvación. Esta interpretación tiene sus antecedentes bíblicos en Adán y en el Arca de Noé. Recordemos que del costado de Adán dormido salió su esposa Eva, recordemos que por el costado del Arca de Noé entró la nueva generación de los que fueron salvados en el diluvio. Por este motivo, los Padres de la Iglesia veían en la sangre y en el agua que brotaron del costado de Cristo en la Cruz la formación de la Iglesia y, además, en su costado abierto, la puerta de la nueva Arca de la salvación. Hermanos, el mundo y cada uno de nosotros necesitamos de la salvación. El apóstol Pedro les decía a sus contemporáneos: “Pónganse a salvo de este mundo corrompido. Los que aceptaron sus palabras se bautizaron y aquel día se les unieron unas tres mil personas”. Nosotros por la gracia del bautismo hemos entrado a formar parte de las ovejas de Cristo, somos parte de su redil.

 

El evangelio dice que: “Las ovejas reconocen su voz, él llama a cada una por su nombre”. Notemos que el Buen Pastor llama a sus ovejas por su nombre y ellas reconocen su voz, esto nos habla del conocimiento y del cuidado que Cristo resucitado tiene de cada uno de nosotros y, por otro lado, el cuidado que nosotros debemos de tener para escuchar y reconocer su voz, una y otra vez, de manera que en cualquier circunstancia la podamos escuchar y reconocer y no nos dejemos engañar por otras voces de bandidos o falsos pastores. Este llamado de Jesús, y el reconocimiento de su voz, tiene sus mediaciones, esto se hace realidad a través de su Palabra escuchada, leída o explicada en la Iglesia. Desafortunadamente son muchos los que hoy en día hablan de Cristo, pero no todos son verdaderos enviados, no todos entran por la puerta, Jesús dice que algunos son ladrones y bandidos.

 

También el evangelio insiste, como consecuencia de reconocer la voz del Buen Pastor, que él: “Las conduce afuera… camina delante de ellas y ellas lo siguen”. En estas breves palabras se resume todo lo que es Cristo para nosotros y lo que somos nosotros para él. Se trata del cumplimiento del salmo 23(22) en donde se dice que Dios mismo es el pastor de su pueblo: “El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo, tu vara y tu cayado me dan seguridad”. ¡La figura de Cristo como Buen Pastor es una imagen de Cristo resucitado que conduce a su Iglesia, no sólo en esta vida, sino en el paso a la vida eterna! Como a los discípulos de Emaús, en esta vida Jesús camina con nosotros, nos guía, nos acompaña, nunca nos deja solos, a pesar de que a veces experimentemos momentos difíciles. Pero también, al final de nuestra vida, al dejar esta tierra él nos conducirá hasta la entrada del Reino de los Cielos.

 

Finalmente Jesús dice: “Yo he venido al mundo para que tengan vida y la tengan en abundancia”. Esto lo dice Jesús en oposición al: “Ladrón que sólo viene a robar, matar y a destruir” En estas palabras está el criterio para discernir entre los malos y los buenos pastores. Los primeros no dan vida, sino que se buscan a sí mismos; el buen pastor da la vida por las ovejas, todo lo que hace es para que las ovejas: “Tengan vida y la tengan en abundancia”. Esta vida plena y abundante se encuentra en Cristo. En la medida que dejamos que Cristo entre en nuestra vida, por la fe, por su Palabra y por los sacramentos de la fe, especialmente la Eucaristía, en esa medida tenemos vida en abundancia, la vida de la gracia, la vida de hijos de Dios que empezamos a vivir gracias a los sacramentos y que continuaremos en el Reino de los cielos.

 

El apóstol Pedro con el anuncio de Cristo resucitado decía a sus oyentes que: “Dios ha constituido Señor y Mesías al mismo Jesús, a quienes ustedes han crucificado. Estas palabras les llegaron al corazón y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: ¿Qué tenemos que hacer? Pedro les contestó: Arrepiéntanse y bautícense en el nombre de Jesucristo y recibirán al Espíritu Santo”. Este llamado a la conversión sigue vigente para nosotros hoy, el Señor nos invita a vivir una vida nueva: “Yo he venido al mundo para que tenga vida y la tengan en abundancia”.

 

Queridos hermanos, que van a ser ordenados diáconos por la oración de la Iglesia y la imposición de mis manos, ustedes se convertirán en imágenes vivas de Cristo Servidor tanto en el altar como en su vida diaria. Ustedes han decidido renunciar al matrimonio y formar una familia. Así pues, con amor y alegría y sin afán por las cosas de este mundo, deben ser los primeros testigos de entrega a Dios, en la oración y en el servicio de caridad a los hermanos, especialmente los más necesitados. Ustedes deben poner en el centro de su vida el amor de Cristo, llenarse del amor de Cristo, bañarse en el amor de Cristo. Sólo así podrán observar el celibato como fuente de vida espiritual. Cristo no los ha llamado a una vida estéril, sino fecunda, pero en el Espíritu Santo para la obra de la evangelización.

 

Para ello ustedes serán fortalecidos con el don de Espíritu Santo para ayudar al Obispo y a su presbiterio sobre todo en el anuncio de la Palabra de Dios. Precisamente en el rito de ordenación les entregaré el libro de los Evangelios diciendo: “Recibe el Evangelio de Cristo del cual has sido constituido mensajero; esmérate en creer lo que lees, enseñar lo que crees y vivir lo que enseñas”. Precisamente para esto necesitarán vivir en la fe como discípulos del Señor. Si Cristo es el Buen Pastor, ustedes deben ser son sus ovejas; si Cristo les llama, ustedes le deben escuchar; si Cristo les conduce afuera, ustedes deben dejase conducir; si Cristo camina delante, ustedes deben caminar detrás de él. Así pues, para ser buenos pastores primero deben ser buenas ovejas porque como decía san Juan Crisóstomo el Buen Pastor: “No pastorea lobos, sino ovejas, y por esto, si te conviertes en lobo, te abandona y se aparta entonces de ti, porque no le dejas mostrar su poder”.

 

Hermanos todos, que Cristo, el Buen Pastor y Puerta de la salvación, les conduzca por caminos de vida eterna. ¡Que así sea!

 

 

+ Mons. José Trinidad Zapata Ortiz

VIII Obispo electo de Papantla

Administrador diocesano de San Andrés Tuxtla

DIA DEL CATOLICO.

PROXIMO 11 DE JUNIO TOMA POSESION EL OBISPO DE LA DIOCESIS DE PAPANTLA

¡JESUCRISTO HA RESUCITADO!

EL AMOR HA VENCIDO AL ODIO,

LA VIDA HA VENCIDO A LA MUERE,

LA LUZ HA DISIPADO LA OSCURIDAD.

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